viernes, 3 de octubre de 2014

COSTIMBRES

Costumbres
La vida cotidiana del pueblo sinaloense encuentra siempre una razón para transmitir su particular forma de ser, amable y sincera, que le ha distinguido ante el resto de los mexicanos, porque es abierta, porque es directa y sobre todo porque la alegría singular que proyecta en sus festejos ha sido arraigada cada vez más, generación tras generación.
Danza del venado
La danza del venado fue quizás en su origen una danza sagrada, una danza totémica, propia de los ancestros, o sea de las tribus primitivas de la provincia. Es la más plástica y la de más expresividad de cuantas tienen los aborígenes en su repertorio. Tanto en la forma como en el fondo o la esencia es de carácter interpretativo, arte sutil de mímica, arte ostentoso de imitación fiel, comprensible y vivaz de los movimientos del ciervo, así como de su estampa magnífica y esbelta. Con suma habilidad logran los ejecutantes hacer una verdadera exégesis, una estilización purísima y en todo su aspecto atractiva, de la vida y de la figura del animal de que se trata, imitando sus saltos, su esquivez, su vivacidad, sus movimientos violentos, enérgicos, su ligereza, su garbo, su olfatear y, en fin, cuanto tiene de peculiar, de sugestivo y de captable para la danza el hermoso porte del gamo.

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